domingo, 19 de junio de 2011

ESTÉTICA MUERTA POR EMPACHO

Mi cabeza parece no querer abandonar las 2000 rpm mantenidas durante los últimos meses. Pero como un coche, cuando ya no "anda" cuesta arriba lo que hace es acelerar. Y aunque la velocidad no sea el verdadero peligro, sino la deceleración, siempre aporta riesgo. Y en este no parar neuronal he topado con temas diversos, reciclados algunos y novedosos otros. Muchas ideas, quizás demasiado impulsivas y poco meditadas, que podrían merecer unas líneas en este humilde púlpito. Púlpito que es válvula de escape.

Corría por la orilla del Ebro en una tarde soleada. Un atardecer sereno. El Sol poco a poco se acercaba a la línea del horizonte y las sombras crecían. Se alargaban. Las formas robadas al sol eran mayores que los propios objetos. Desde la lejanía observaba el Puente del Tercer Milenio y cuanto más me aproximaba más me sobrecogía. Las líneas definidas, sopesadas, comprendidas. Una obra en la que ningún detalle parece haber caído al azar, ni ser fruto de la rutina. El tamaño, el acabado, el anclaje, la materialización del apoyo... "No hay ética sin estética" reza un lema. Puede que la funcionalidad, la limpieza formal, la sencillez que aquí venimos reivindicando y sobre todo la serenidad. Frente al anhelo social de un Mundo basado en el sentimentalismo, que cada vez resulta más patético, y la demagogia debiéramos defender la calidad y la racionalidad. Y os aseguro que el resto del recorrido es un ejercicio de estética muerta por empacho de artificiosidad.

Saludos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario