lunes, 20 de diciembre de 2010

VIVA EL JAMÓN

Indignación. ¡Qué clase de país es éste! o mejor dicho, ¡qué clase de gente lo habita!

Hoy he tenido un examen, de Calculo Avanzado de Estructuras. Matizo un error de una entrada anterior, los elementos son serendípitos o lagrangianos y no como los denominé en su día, ruego vuestras disculpas por tamaño error. Bueno, cuando desperté el amigo Herrera estaba comentando algo sobre un jamón, la boca se me hizo agua. El día transcurrió con normalidad y tras la tarde de oficina llego al siempre frío hogar. Miro el periódico en la red y quedo impactado por la noticia. Una familia musulmana denuncia a un profesor por nombrar el jamón en clase. Qué desfachatez. Deberían meterlo en la cárcel por semejante grosería, o mejor aun una lapidación-expres. Pero dónde estamos y hacia dónde queremos ir. La libertad es máxima inapelable del Estado de Derecho, pero la libertad del individuo termina allá donde comienza a perjudicar la libertad de los demás. Punto número uno, ¿estos señores saben lo que es la libertad de cátedra? Punto dos, ¿piensan que es una ofensa hablar de productos cárnicos provenientes del cerdo?¿se han planteado que la libertad religiosa es precisamente eso, libertad religiosa? ¿pretenden obligar al resto de la humanidad a vivir según sus preceptos? ¿todavía piensan que el Derecho tiene algo que ver con las máximas religiosas? Esperemos que a ningún majadero le dé por defenderlos, que a ningún ministrillo le entren esas ganas irrefrenables de luchar por las minorías aunque la causa sea absurda.

Ahora, una vez dicho, me voy a cenar. Tengo una pata ibérica de Salamanca en el salón y me suena el estómago sólo de pensar en las virutillas. 

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