viernes, 4 de febrero de 2011

RIBEIRO

Hoy he cenado con una copa de Ribeiro. Es de esas over-size que se llevan ahora. Le he dado un par de vueltas y he dejado que mi gusto y olfato entraran en sintonía y armonía con tal sinfonía (o cantata) de sensaciones. La vida es maravillosa cuando te olvidas de casi todo y disfrutas de los pequeñísimos momentos que pasan como fugaz cometa. Escuchar "L'elisir d'amore" de Donizetti por Flórez, otra maravilla. Recibir un sms a tiempo, cosquilleo casi olvidado. Pasar una mañana riendo y volver a casa con dolor de maxilar tras un examen de Puertos, otro privilegio. Sentarse en la mesa del comedor, en una mañana soleada de invierno, y observar por los balcones el devenir de la existencia de gentes desconocidas, un flash para el recuerdo.

Tantas ecuaciones, normativas, adendas; resoluciones numéricas iterativas; noches de café y biblioteca seguidas de mañanas de tortuosas metálicas... Así no hay quien se aclare, así uno se enemista con el Mundo. Pero, cuando menos te lo esperas (y como en este blog se viene reflejando), un pequeño detalle te sorprende. Te da fuerza y te abre el camino, cual Moises entre las aguas del Mar Rojo. Ocho treinta y cinco de la mañana, clase de Arte: Los puentes arco metálicos (S. XIX y principios del XX). Reconciliación total, aun diría más, enamoramiento. Hace años vi la película Beethoven (pero no la del perro) y en ella, el maestro decía a un proyectista de puentes algo como "Tú unes sólo dos puntos del mapa, mi obra unirá a la Humanidad". De todas las palabras de Mercedes una frase quedó en mi recuerdo: "Los puentes no sólo unen lugares y permiten relaciones entre las personas, los puentes dan al hombre una visión diferente del Mundo, una visión inalcanzable e inimaginable hasta su creación" (quizás las palabras no fueran exactas pero venía a significar algo parecido). Por el bien de mi salud mental y equilibrio espiritual, así como por el crecimiento de mi ego, me quedaré con la segunda. Aunque lo del maestro también es cierto.

Así pues, disfrutando de las pequeñas cosas y sufriendo todo lo demás me despido de todos. Hasta que la noche nos reencuentre...

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