"Make your own kind of music" se escucha. Hoy es día sabático, mañana volveré a la cruda realidad, esa que me ha perseguido todas las Navidades. Mañana regreso a la Capi.
Estaba yo pensando en la gente. En cómo la Navidad ha cambiado y en lo oxidado que tengo el corazón para lo joven que soy. Cuando eres un enano estas fechas se convierten en ilusión. Ilusión verdadera e incuestionable. Con los años eso va quedando a un lado. El mundo se llena de obligaciones y las ilusiones se van desvaneciendo. No es cuestión de convertir el blog en la apología a una cita, pero es que sirve para todo, las ilusiones desaparecen y nos quedan los desengaños. Solo los desengaños.
Y en algún momento miras a la derecha, y luego a la izquierda. Y te preguntas ¿qué hay a mi lado? ¿y quién? Como dice un amigo, la familia no se elige, pero sí los amigos. Y si miro a los amigos veo de todo. Veo guapos y menos guapos. Altos y bajos. Gorditos y modelos. Deportistas, lectores, filósofos, músicos y megalómanos. Hombres y mujeres. Veo gentes calladas y contadores de chistes. Veo bailarines y mirones de discoteca. Veo adinerados, ricos que parecen pobres y pobres que parecen ricos. Interesados por hombres o por mujeres. Hay bebedores y cafeteros. Algunos viven nerviosos y otros no tienen sangre en las venas. Andaluces, extremeños, madrileños, castellanos, riojanos, canarios, aragoneses. Hay operistas y árbitros. Técnicos de moda, deliniantes y economistas. Cocineros y cocinitas. A algunos los veo a diario y a otros cada tres años. Pero lo más importante y lo que los une a todos es que son buenas personas. Y puedo asegurar y aseguro que cuando alguien me pregunta por ellos lo primero que digo es "una persona buenísima..." Y lo demás, no me interesa.
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