domingo, 20 de marzo de 2011

TRATANDO DE COMPRENDER AL SER HUMANO

Regreso de mi viaje a Bulgaria. Prometo dedicar una próxima entrada al puente objeto de mi visita, pero la entrada de hoy es obligada.

Supongamos que uno vive una situación inimaginable. Algo impensable en la burbuja occidental en la que nos vemos inmersos. Algo que trasciende mucho más allá de los principios e imposiciones éticas en las que se desenvuelve. Un incidente que es inabarcable y el cual no se puede afrontar como uno lo haría en su entorno.
Sigamos suponiendo. Pensemos que el individuo que vive la experiencia se encuentra acompañado por múltiples personas. Y supongamos que decida, o necesite, compartir su experiencia con el resto. Parece razonable, al menos desde la óptica de un chaval como yo, que esperase encontrar una cierta comprensión. Bueno, parece adulto asumir que la vida sigue y que no todo es tan de color de rosa como lo imaginábamos. Comprender que un buen ingeniero no debe achantarse ante las dificultades y ha de buscar soluciones. Mirar hacia adelante.
Lo que parece inapropiado es encontrar indiferencia ante los problemas profundos de la existencia. Porque las ruedas pinchan igual en Madrid que en Sofía, pero hay quien no se entera. Y si inapropiada se muestra la indiferencia, insultante la burla. Porque cualquier humano mete la pata al bromear sobre el exterminio de un pueblo, una enfermedad mortal o el trauma de un amigo. Pero parece más que reprobable convertir una situación trágica (al menos desde mis parámetros de formación europea) en un chiste global o más aun la experiencia desagradable de un compañero en una parodia. Parodia, además, bastante patética.

No sé si la situación fue real o producto de la imaginación de un tarado más. En cierta medida tampoco me importa. De lo que sí estoy seguro es de lo que vi después. No debería ser yo el que juzgue, no considero que mi categoría moral sea lo suficientemente alta, pero aun así lo haré. No comprendo a esta sociedad, no comprendo a este mundo y no estoy dispuesto a cambiar mis ideas...

3 comentarios:

  1. Hay distintas formas de ofrontar las cosas. Obsesionarse con lo ocurrido, dejando que no desaparezca la imagen, o asumir dónde estás, asombrarte de lo que ves e intentar tragarlo con un sorbo de humor.

    El día que desaparezcan los chistes de Irene Villa, 11S, etc, me avisas y hablamos.

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  2. No hay que confundir la obsesión con el respeto... por lo demás estoy de acuerdo.

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  3. Bueno, obsesionarse lo mismo no era la palabra que quería utilizar. No se me da tan bien escribir como a ti ;)

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